18 jul 2011

EL MARQUES DE SANTILLANA

BIOGRAFÍA::
El Marqués de Santillana nació el 19 de agosto de 1939 en Carrión de los Condes, Palencia. Su padre murió muy joven, cuando el tenía sólo cinco años.
Fue formado por su tío, el arcediano Gutiérrez, que posteriormente fue arzobispo de Toledo.
Con tan solo 14 años, en el año 1412, se casó con Carolina Suárez de Figueroa, hija del Maestre de Santiago, lo que le convirtió en uno de los nobles más potentes de su época.

En Aragón, poco después, fue copero del rey Alfonso V de Aragón, y se formó en literatura en la corte aragonesa, donde conoció y tuvo acceso a las grandes obras de la poesía trovadoresca y de los clásicos del humanismo (Dante Alighieri o Virgilio).
Regresó a Castilla, donde luchó junto a Enrique de Aragón contra Álvaro de Luna y estuvo en la cerca del castillo de la Puebla de Montalbán, en el año 1420.
En 1428, el rey Enrique había sido arrestado y el Marqués de Santillana ya había vuel
to a sus posesiones, donde nació su sexto hijo, el que más tarde se convertiría en Cardenal Mendoza.
A partir del año 1422, intentó no meterse demasiado en temas políticos hasta que, en el año 1445, en la primera Batalla de Olmedo, estuvo en las filas del ejército real, lo que le concedió el título de Marqués de Santillana.
Iñigo de Mendoza fue el progenitor de la famosa y prestigiosa casa ducal del Infantado.
OBRAS MÁS IMPORTANTES SON::
La Carta prohemio al Condestable Don Pedro de Portugal:
Aquí se expone la idea de la poesía que hacía el autor. La poesía es, para Santillana, “un fingimiento de cosas útiles, cubiertas e veladas con muy hermosa cobertura.” Vemos que se trata de un concepto en que el cuidado de la forma está al servicio de un contenido enjundioso. Es decir, que nos mantenemos dentro de las tendencias del siglo, muy lejos de la expansión lírica.
Santillana habla de una poesía sublime, la de los antiguos, mediocre, la poesía culta en romances; e ínfima, correspondiendo esta última a la forma popular o juglaresca. El criterio de la lengua utilizada es pues esencial, el latín es, en si, garantía de una poesía noble.
Los Refranes que dicen las viejas tras el fuego:
Desentonan algo dentro de las intenciones confesadas por
El Marqués. Lo más probable es que, buscara en ellos normas de sabiduría.
El Infierno de los Enamorados:
Esta obra se inspira en el descenso a los infiernos de Dante.
El autor visita el “infierno de los enamorados,” donde aparecen los famosos amantes de la historia y la mitología.
La Comedieta de Ponza:
Es un poema alegórico de inspiración dantesca. Trata de la
derrota naval del rey de Aragón, Alfonso V, durante las primeras tentativas de la conquista de Nápoles. En la obra se suceden visiones y apariciones de personajes muertos como Boccaccio; o alegorías, como la Fortuna, en boca de la mujer del Infante Don Enrique, apresado en aquella derrota. Aparece la primera imitación romance del Bellatus Ille de Horacio. El elogio de la vida sencilla y apartada, que conocerá tan gran fortuna en los siglos inmediatos.
Benditos aquellos que con el açada
Sustentan su vida e viven contentos...
La Defunción de Don Enrique de Villena:
Ejemplo de Planto, poema alegórico y mitológico, donde se lamenta la muerte del Marqués de Villena.
El Dialogo de Bias contra Fortuna:
Es una acertada exposición poética de las ideas del estoicismo a través de un diálogo entre uno de los siete sabios de Grecia y la Fortuna.
El Doctrinal de Privados:
Expresión de la animadversión de Santillana contra Don Alvaro de Luna. El octosílabo le sirve par encauzar una lengua vigorosa y sobria para encauzar una lengua vigorosa y sobria, llena de saña contra el privado.
Los Sonetos fechos al italico modo:
Tienen errores rítmicos, y se puede observa una deficiente asimilación de espíritu cultural que informaba la labor de Dante y Petrarca. Pase a sus esfuerzos, el Marqués de Santillana carece de la madura asimilación del humanismo italiano.
Las Canciones:
Siguen el modelo de la concó provenzal. Se caracterizan por la soltura del estilo y la musicalidad del ritmo que demuestra la pericia y técnica del autor.
Los Decires:
Estaban destinados como bien indica su nombre, a la recitación y no al canto. Hacen gala de la amplia cultura latina del autor. La retórica y el cultismo desempeñan el papel que podemos esperar de las ideas eruditas del Marqués.
Las Serranillas:
Son las que han dado al Marqués toda su gloria. El tema convencional supone el encuentro de un caballero y una pastora. El caballero requiebra a la pastora que lo rechaza. A veces, el caballero sé hace pastor, para gozar de la compañía de la bella pastora. En sus diez serranillas, el culto Santillana alcanza las máximas cotas de un lirismo suave y cándido, absolutamente inhabitual en la poesía cortesana de su tiempo. El ritmo corto y saltarín de los hexasílabos confiere alegría y gracia a un universo bucólico. Las serranas ya no son hembras forzudas y peligrosas como en el Arcipreste de Hita, sino que poseen gracia y encanto cortesano.

SERRANILLA VII
Moza tan fermosa
non vi en la frontera,
com'una vaquera
de la Finojosa.
Faciendo la vía
del Calatraveño
a Santa María,
vencido del sueño,
por tierra fraguosa
perdí la carrera,
do vi la vaquera
de la Finojosa.
En un verde prado
de rosas e flores,
guardando ganado
con otros pastores,
la vi tan graciosa,
que apenas creyera
que fuese vaquera
de la Finojosa.
Non creo las rosas
de la primavera
sean tan fermosas
nin de tal manera;
fablando sin glosa,
si antes supiera
de aquella vaquera
de la Finojosa;
non tanto mirara
su mucha beldad,
porque me dejara
en mi libertad.
Mas dije: «Donosa
-por saber quién era-,
¿dónde es la vaquera
de la Finojosa?»
Bien como riendo,
dijo: «Bien vengades,
que ya bien entiendo
lo que demandades;
non es deseosa
de amar, nin lo espera,
aquesa vaquera
de la Finojosa».