Datos Biográficos:
La vida de Fray Luis de León, máximo poeta de la Escuela Castellana, estuvo llena de actividad, no exenta de problemas penosos en muchas ocasiones. Nació en Belmonte (Cuenca) en 1527. Estudió en Madrid y en Valladolid. A los 14 años se hizo fraile agustino. Se graduó en Salamanca, y a los 32 años fue nombrado catedrático de dicha universidad. Rivalidades entre los profesores del claustro, terminaron en una denuncia contra él, tomando como pretexto sus opiniones sobre los textos de la Biblia. Estuvo preso en Valladolid cerca de 5 años. Fue al fin absuelto y restituido a sus cargos, pero renunció generosamente a la cátedra en beneficio de quien la había venido ocupando durante sus años de encarcelamiento. Se le concedió otra, y nuevamente se le intentó procesar, pero en esta ocasión, sin éxito. Murió en Madrigal de las Altas Torres (Ávila).
Las obras que en su tiempo dieron mayor fama a Fray Luis fueron sus obras latinas, sus comentarios bíblicos y teológicos. Hoy, sin embargo, el importante lugar que ocupa en nuestra literatura se debe a sus obras escritas en español, tanto en prosa como en verso.
Obras en prosa:
Obras en prosa:
La perfecta casada es un comentario al último capítulo de los Proverbios bíblicos, en el que expone un ideal de esposa cristiana. peru
De los nombres de Cristo, extenso tratado publicado en 1583, desarrolla en forma de coloquio entre tres amigos, un comentario de los catorce nombres que se dan a Cristo en la Sagrada Escritura: Pimpollo, Faces o cara de Dios, Camino, Pastor, Príncipe de Paz, etc. Es la obra en prosa más bella de Fray Luis de León. Menéndez Pelayo consideraba su estilo “superior al de cualquier otro libro castellano”.
La Exposición del libro de Job se publicó de manera póstuma e incompleta. Se trata de una traducción y comentario de dicho libro bíblico. En el comentario nos muestra gran parte de la experiencia de sus sufrimientos.
También comentó y tradujo el Cantar de los cantares para que lo leyera una monja salmantina. Esto constituyó un grave cargo en su proceso, pues en el concilio de Trento se había prohibido traducir los Texto Sagrados.
De la prosa de Fray Luis de León hay que decir que a este autor le mueve el afán de enaltecer la lengua española, afán compartido por otros escritores como Garcilaso, Juan de Valdés o Fernando de Herrera. Lope de Vega dirá de Fray Luis que era “fuerte león, honor de la lengua castellana”. Fray Luis pretende alzar la prosa castellana a la dignidad que tenían las lenguas clásicas.